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Sepamos por qué estamos como estamos

  • Foto del escritor: mentestudiosa
    mentestudiosa
  • 11 feb 2014
  • 5 Min. de lectura

Antes de comenzar a leer una amable recomendación. Si tienes el ánimo bajo, o con propensión a ser pesimista, no sigas leyendo.


No trato de hacer apología de esto que te comento, sólo exponerte información para que tengas la posibilidad de analizar mejor la situación.


Te convencerá o no, lo que sí te anticipo es que será muy interesante, y te hará reflexionar sobre las diferencias, entre lo que se dice en los medios de comunicación masiva y lo que ocurre realmente.


Conceptos como cenit, Tasa de Rendimiento/Retorno Energético son claves para ayudar a entender mejor la situación, alejándose de principios ideológicos, de una manera más objetiva/realista:


  • Cénit es el máximo de producción posible. Después descenso.


  • Tasa de Retorno Energético es el resultado de dividir: la energía producida por la energía consumida en el proceso de producirla. La relación entre la energía que nos proporciona una fuente y la energía que tenemos que gastar para conseguirla (Si es menor a 1 no es fuente de energía).


La mayoría de las personas aún cree el discurso de que la crisis económica tiene su único origen en unas manipulaciones especulativas de unos banqueros malísimos (en todos los sentidos), y no en el hecho que hemos topado con los límites de los recursos del planeta.


La actual crisis tiene su raíz profunda en la falta (porque se esté en el cenit y/o por que tenga una TRE muy baja) de recursos naturales, la cual hace imposible el crecimiento de la economía. Nuestras economías no pueden crecer, y si encima hay otras economías con más potencial que pueden absorber nuestra parte de energía, entonces disminuiremos nuestro consumo de recursos, agravando nuestra crisis económica.


El mundo ha llegado ya al cénit de producción de petróleo, las alternativas no renovables también llegarán a ese punto en menos de 20 años y no podrán escalarse como para sustituir al petróleo, además, las alternativas renovables no darán una cantidad de energía semejante a la de los combustibles fósiles.


Estamos en una situación de disminución rápida no buscada del consumo de energía, sino forzada y repentina. Sólo podemos aspirar a tener cada año menos petróleo, y eso suponiendo que hagamos un esfuerzo enorme en reinvertir en explotación y desarrollo, justo lo contrario de lo que está pasando. Al decrecer el rendimiento no se invierte tanto como se precisaría en las investigaciones, la consecuencia es que se produce un decrecimiento mayor de la energía.


Vivimos por encima de nuestros medios. La humanidad ha conseguido impresionantes incrementos en cuanto a la productividad y disponibilidad de recursos durante los últimos 200 años pero que “no existe ninguna ley natural que implique que esta tendencia pueda continuar indefinidamente. Un primer dato: el petróleo representa el 33% de la energía primaria (en España el 50%), el carbón el 30%, el gas el 24%, el uranio el 5%.


La TRE de los pozos de petróleo es cada vez menor, porque son los de peor acceso (grandes profundidades, climas extremos, en el mar, etc.) y de petróleo de menor calidad (con más azufre, etc., lo que hace que se gaste más energía en relación a la que se recupera).


Las fuentes de agrocombustibles tienen un TRE que ronda el 1; además, producen un desequilibrio en los alimentos. Sólo se aprovecha el 10-15% de la energía del sol. El fracking tiene poca duración (menos de 5 años); es una estafa y falsedad, una burbuja financiera. La energía eólica y otras no son tan alternativas. De la nuclear mejor ni hablar de sus costes y problemas de conservación de residuos…


No sigo para no desanimarte más. Es una exposición de los hechos, a veces conocida otras no (porque no se transmiten, porque son “antisistema”), que nos permitirá entender algo mejor a qué nos enfrentamos.


La pregunta no es si vamos a seguir decreciendo económicamente, sino hasta cuándo. La indisponibilidad de la energía precisa para crecer es evidente. Hay que ser realista, ya ha empezado a declinar la energía que proviene del petróleo. No es el precio la variable que deberíamos mimar para comprender lo que está pasando, sino la producción total de petróleo.


En algún momento tenemos que ser sinceros con nosotros mismos, no podemos seguir viviendo bien todo lo que se pueda y posponer la toma de decisiones duras, pero necesarias para adaptarnos a un escenario de escasez.


Lo razonable es superar nuestra natural repulsión al cénit del petróleo, superar la parálisis actual e ir tomando las medidas necesarias para adaptarnos. Ni tampoco debemos continuar engañando a la sociedad ocultándole los hechos. Cientos de documentos públicos, pero no publicitados, demuestran que nuestros políticos conocen sobradamente el problema del cénit petrolífero. Incluida la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que reconoce que el petróleo crudo probablemente llegó a su máxima producción en el año 2006.


Pero podemos luchar contra la maquinaria de la propaganda del consumo desaforado, de la fe en el invencible progreso humano y la prosperidad (entendida como el crecimiento exponencial del PIB) inevitable. Pues el crecimiento del PIB está relacionado con el consumo energético; a mayor consumo mayor es el PIB. Hemos de entender que el crecimiento económico (que es una necesidad de nuestro sistema financiero basado en la deuda) ya no es posible, los límites al crecimiento impuestos por el estrangulamiento de las materias primas harán que decrezcamos.


La situación, la realidad está tan interrelacionada, compleja, globalizada que resulta difícil comprenderla si se ignoran factores internacionales (de países tan lejanos como Yemen, China, Canadá, etc.) y de cuestiones tan “ajenas” como: la producción de biocombustibles, de litio, el consumo interno de petróleo cada vez mayor en grandes países exportadores (como Arabia Saudita), países que han dejado de ser exportadores (como Egipto)…. las revueltas, saqueos, piratería, guerras, etc. tienen entonces una explicación más comprensible.


Puede que lo que estoy describiendo te resulte pesimista, deprimente (y /o muchos más adjetivos) pero podrás tener tu propia opinión, por ejemplo, visitando http://www.crashoil.blogspot.com.es/ de Antonio Turiel, o en http://lacrisisnergetica.wordpress.com/2013/09/23/guia-para-el-descenso-energetico/ . Ahí puedes tener una información más completa y respuestas a las preguntas que te planteas. A mí personalmente me ha ayudado a saber mejor el porqué de algunas medidas (acertadas o no) de las autoridades, con efecto directo sobre el consumo energético.


El descenso de la disponibilidad de la energía y de las materias primas conlleva la imposibilidad de mantener este nivel de consumo, y eso se percibe como una pérdida de calidad de vida. El futuro que se avecina es muy diferente al actual; pero cuanto antes nos demos cuenta, más pronto podremos prepararnos.


Hay esperanza, debemos entender primero entender a qué hacemos frente y después actuar en consecuencia. Y aún es tiempo para cambiar las cosas. Y las cosas, por fuerza, cambiarán. No será sencillo, pero todo es empezar.


¡Ánimo!


Más adelante retomaré este tema.

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