Muchos reivindicativos
- mentestudiosa
- 25 abr 2020
- 2 Min. de lectura

No ha acabado la parte importante de esta pandemia (sí, la del COVID 19), y ya hay quienes tratan de ponerse de los primeros para alcanzar sus reivindicaciones.
Unos porque se creen los especialmente esenciales (de momento no se lanzan a decir que son vitales), y desean recibir recompensa por esa personal diferencia. Es, por ejemplo, el caso del Sindicato del Colectivo de Maquinistas de Metro (de Madrid), que advierten que recuperarán su ansiada (desde hace unos años) pretensión de “reconocimiento de categoría”; resumiendo: más salario y mejores condiciones de trabajo que el resto de compañeros de la empresa.
Otros (restauración, ocio, etc.) porque se sienten los (más) perjudicados y exigen una “reparación” para su situación económica. Se trata, para ellos, de socializar las pérdidas…pero no las ganancias.
También, están quienes (por ejemplo, por haber perdido un familiar) en su dolor buscan responsables/culpables de lo sucedido. Y algunos (puede) para mitigar su angustia por la despreocupación previa.
En especial a los dos primeros grupos, habría que advertirles de varias cosas:
¡No os precipitéis! La sociedad es quien “concede el titulo de esencial”. Si te adelantas a su criterio puede (posiblemente) que rechacen tu pretensión por considerarla egoísta; ya que te compararán con otros colectivos para ella mucho más relevantes.
El narcisismo está mal visto, quizás porque hay una tendencia bastante generalizada a utilizarlo como ensalzador interesado.
Habrá, en el futuro, una crisis prolongada…Más paro y caída de la actividad económica, entre otras perspectivas seguras. Las circunstancias serán financieramente “difíciles”, por la multitud de deuda (pública y créditos privados), y no se podrán atender muchas de las nuevas demandas.
La oferta (de mano de obra, de mercancías) será mucho mayor que la demanda, la consecuencia: depreciación del valor de estos recursos.
Además, serán tantos los perjudicados, los necesitados, que las pretensiones privilegiadas serán desplazadas por otras más generales. Y las amenazas de “luchas” (huelgas, paros y similares) para conseguir beneficios clasistas encontrarán únicamente el rechazo; en el mejor de los escenarios, el vacío o la indiferencia.
Más nos vale asumir que la sociedad ha cambiado, que nada será como antes; y que las anteriores formas son inválidas. Tendremos que comprenderlo, y no repetir fórmulas antiguas fracasadas.
Vienen malos tiempos para la ambición personal.
Tomad buena nota.
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