top of page

A vueltas con la energía

  • Foto del escritor: mentestudiosa
    mentestudiosa
  • 13 mar 2014
  • 4 Min. de lectura

Lo prometido es deuda, continúo con el post “Sepamos por qué estamos como estamos” (11/02/2014) y me ayudaré de las ideas, entre otros, de Antonio Turiel y Pedro Prieto …


El cenit en conjunto de varias energías (petróleo, nuclear, etc.) se prevé para 2018 y representa el 92% de las energías primarias; el petróleo es la fuente de energía más comprometida. Cada vez más (diferencias menores en cuándo concretamente) se está de acuerdo en que llegará ese estadio de descenso pronunciado y rápido del declive.


Ya nos dirigimos hacia una disrupción global en el suministro de petróleo y un pico de precios. En el momento actual hay todos los incentivos para aumentar la producción, pero simplemente no hay capacidad para hacerlo.


¿Cuántas veces has sabido de esta crítica situación, por ejemplo, por los telediarios?, ¿alguna?, da igual la cadena de televisión. Te das cuenta cómo nos mienten, de qué manera nos ocultan cosas tan importantes, cómo despistan nuestra atención de lo relevante y urgente.


Y no lo hacen por nuestro bien, si así fuera no estarían dando tanto impulso a la energía nuclear, o al fracking. O son ignorantes (no lo creo) y eso resultaría nefasto, o son cómplices y esto resultaría peligroso; no sé qué es peor.


La dinámica del mercado y los factores medioambientales significan que los negocios no podrán seguir confiando en fuentes de energía tradicionales de bajo coste. Se está ganando algo de tiempo, pero no se afronta la situación. No, no existe el cuerno de la abundancia o cornucopia: mitológico objeto que podría proporcionar todos los bienes que uno desease con sólo pedirlos.


Se edulcora la realidad, y tomarán pequeños trozos: renovables, medidas de ahorro energético; sin atacar la raíz del problema, que es la necesidad de cambiar el sistema económico por uno que sea sostenible de verdad.


Centrarse en los síntomas y no en la enfermedad nos llevará a la implementación de medidas ineficaces, nos conduce a un círculo vicioso que irá agravando los problemas. Pues sólo parece importar sobrevivir como sea (de la degradación ambiental, de la esquilma de los recursos, etc.) hasta que sobrevenga con crudeza el colapso. Después de muchas décadas de crecimiento el mundo se enfrenta a la gran Escasez, todo lo que podría faltar falta a la vez. Y la población no está psicológicamente preparada para ello.


El coste de alcanzar la reducción de la energía consumida será alto, requerirá cambios profundos en las vidas y las expectativas, en el uso de la tierra y la tecnología, y en los patrones de la industria y el transporte. Nos acercamos al colapso si no hacemos nada; por eso hemos de involucrarnos con mayor compromiso.


Tenemos que tomar sencillas propuestas:


  • El primer paso es la concienciación. Se tiene que insistir; la solución o es para todos, o no será.


  • No podemos esperar que alguien asuma los riesgos personales por nosotros, hemos de actuar.


  • Cada uno tiene un compromiso ineludible con el cambio necesario.


Hemos de comenzar a tomar progresivamente medidas adecuadas para adaptarnos a una situación de carestía, sin estresarte, sin agobiarte.


¿Cómo? ¿Qué hacer? Reducir tu exposición, principalmente, financiera. Disminuir los gastos, cambiar los hábitos, intentar ser lo menos dependientes del coche, mantener un fondo de contingencia para cubrir imprevistos, aprended a hacer compostaje, adaptando la casa para que consuma menos energía, reaprovecha los materiales.


Y de cara al futuro necesitamos cambiar nuestros diseños:


  • Se han de optimizar para durar tanto como se pueda, consumiendo tan poca energía y tan pocas materias primas como se pueda; seguramente los productos tengan un precio muy superior.


  • Debe favorecer la reparación, es más importante que las prestaciones.


  • Debe favorecer el reciclaje, exigencia que debe pasar por delante de las prestaciones


Tendremos que recuperar viejas formas de hacer las cosas, de vivir, de curarnos, de alimentarnos, de comunicarnos, de sociabilizar, etc. Tenemos que acostumbrarnos a vivir con mucho menos de lo que vivimos ahora, acabar con el despilfarro actual.


Aprender a reparar objetos más esenciales, asegurarse de tener recambios. A recuperar profesiones “prácticas”: carpintero, ferretero, zapatero, etc. Necesitamos organizarnos para aumentar nuestra producción (de alimentos y bienes), para hacernos más resistentes y flexibles, más resilientes; y el vehículo natural para ello es crear comunidades.


Donde las personas nos complementemos, actuemos coordinadamente, conjuntamente por el bien común. Cierto es que la sociedad actual favorece el individualismo, y se percibe como algo extraño dar algo hoy sin esperar recibir nada a cambio. Pues eso lo tendremos que cambiar.


Intentar predecir qué pasará es una tarea inútil. Los desafíos van a ser mucho más complejos, porque es más fácil subir que bajar y la caída desde tan alto va a ser dolorosa y la convalecencia larga. Pero la sociedad industrial no está condenada; tendrá que cambiar, reinventarse. Y participar en un proceso constructivo y desafiante, en un reto colectivo que nos haga luchar por un futuro brillante y más justo.


Es un futuro diferente, seguro. Difícil, sí; pero no hay que caer en el pesimismo, sino en el realismo más probable. Porque también dependerá de nosotros, de cómo queramos afrontarlo..

Commenti


Posts destacados
Posts recientes
Buscar por Tags
Sigueme
  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • Google Classic
Sigueme
  • Blogger Classic
  • Google Classic
  • YouTube Classic

© 2013 Juan A. González

Desarrollado por: D¡ME

bottom of page