Empuje de ánimo
- mentestudiosa
- 16 may 2014
- 3 Min. de lectura
“Ni tan alto ni tan difícil”, de Araceli Segarra, es un libro que te lo lees de casi un tirón; pero lo asimilas poco a poco. Así has de hacerlo si quieres degustar las páginas y las historias, no perderlas; volver a digerirlas, pasado un tiempo.
Algunas de estas ideas las puedes haber leído en otros textos (referentes a Enseñanza, Motivación, Creatividad, etc.), pero las podrás comprender en su intensidad, si lo haces uniéndolas a situaciones reales de la vida como las que relata.
Así me ha sucedido, y es por lo que me parece especialmente interesante. Te resultarán más veraces, posibles, recomendables por cómo se engarzan con sus vivencias. Bien es cierto que son poco habituales (escalada de altas cimas de montañas), extremas en muchos casos; pero muy acordes con la enseñanza que pretenden.
Sólo te expondré algunas de las ideas que se transmiten, para que puedas sorprenderte y emocionarte al leer el Libro. Posiblemente las compartas.
La mejor opción no siempre es la más fácil. Y necesitamos el convencimiento, más allá de la necesaria preparación, del esfuerzo y de la resistencia a las adversidades. Porque primero hay que creer que es posible, que no es imposible; así que no digas que es imposible, di que no lo has intentado.
El remedio contra el bloqueo es: serenarnos, poner las ideas en orden y solucionar nuestros problemas de uno en uno. Para disolver las angustias hemos de ocuparnos de las cosas, en vez de preocuparnos de ellas, hacia (por ejemplo) un objetivo concreto a conseguir, uno tras otro.
Prestar la atención en una única cosa nos permite canalizar todas nuestras fuerzas en una única dirección y conseguir la excelencia; en una sola cada vez. El deseo de hacer una cosa es el mayor empujón para vencer nuestros límites mentales, que nos frenan.
Aprender consiste en cometer errores, reflexionar sobre ellos, aceptarlos y dejar que nos enseñen. Equivocarse no es preocupante, lo preocupante es coger cariño a la piedra con la que tropiezas.
Empiezas a aprender cuando, dejando atrás las inseguridades y certezas, descubres algo nuevo sobre ti, sobre el mundo. De repente descubrimos que lo que más queremos es justo lo que estamos a punto de perder; y no tenemos que aprender tan tarde esa lección. Hay que hacer y amar, teniendo en cuenta que puedes morir en cualquier momento. Lo importante es atreverse a intentarlo, aprovechando el momento, disfrutándolo, porque ninguno de estos instantes volverá.
Para que un proyecto tenga éxito, un cóctel invencible es el formado por: compromiso, convicción para soportar las dificultades y pasión, amar lo que haces. Cuando se quiere hacer algo excepcional la única manera es entregarse en cuerpo y alma.
Gran parte de las disfunciones y conflictos en el trabajo en equipo son malentendidos por una deficiente comunicación. Hay que ser flexible, y para que el conjunto gane todos han de hacer concesiones. El trabajo en equipo depende de los vínculos generados por la confianza entre los miembros, son vínculos que reducen las distancias entre unos y otros y compactan al grupo. Los comportamientos egoístas son un germen que puede deshacer un grupo, pues le debilita.
Cuando sabes a qué te enfrentas, te puedes preparar; cuando no lo sabes, tienes que estar mucho más alerta, y eso supone un desgaste emocional muy grande. Pero podemos decidir cómo respondemos ante las circunstancias y nuestra felicidad dependerá de esa respuesta. Por ello, dependerá de nuestra elección. El primer paso es ser conscientes de que estamos ante una situación en la que podemos escoger nuestra respuesta. El siguiente paso es cambiar esta respuesta; con el tiempo cambiaremos nuestra actitud sin esfuerzo.
Darnos cuenta del momento en que las emociones empiezan a turbar nuestra claridad mental es el primer paso para controlar la situación. Para trabajar mejor con la incertidumbre: no crear expectativas, trabajar activamente por lo que queremos conseguir, estar dispuestos a ser flexibles, disfruta de lo que te pasa en ese momento, no caer en la preocupación excesiva, nos inunda de angustia y puede paralizarnos.
Si notas que se te acaban las energías busca a alguien, que necesite que le echen una mano, una palabra de apoyo o un oído paciente y sálvale el día.
“Me gusta contemplar la vida y los proyectos como una cima a la que podemos subir escalando pequeños peldaños, esforzándonos, con sentido del humor, disfrutando del momento, compartiendo y aprendiendo; una cima que no ha de ser ni tan alta ni tan difícil.”
Yorumlar