top of page

Sepamos algo de cómo juega nuestra mente

  • Foto del escritor: mentestudiosa
    mentestudiosa
  • 28 may 2014
  • 3 Min. de lectura

Nuestra tendencia natural es reforzar la decisión tomada y quitar valor a lo rechazado; así, cuando tomamos una decisión compleja de manera irrevocable, tendemos luego a ver los aspectos que la refuerzan en vez de los que la contradicen.



Algunas decisiones ilógicas que adopta nuestro cerebro son:



  • Efecto “ancla”. Ejemplo, en cuanto mayor sea el número inicial de referencia que se “imprima” en el cerebro, será más alto (de lo “normal”) el siguiente número que decidas. Se “ancla” inconscientemente “arriba”.



  • Valoraciones desmesuradas. Si algo te gusta, rellenas los “huecos” desconocidos con valoraciones favorables; si alguien/algo ha enamorado, cuanto menos se dé a conocer casi mejor.



  • Moralidad subliminal. Plantear un discurso moral antes de solicitarle una tarea condiciona tu decisión, incluso inhibe conductas deshonestas.



  • Económicamente nefastos. El “chip” inconsciente no entiende mucho de cantidades y/o proporciones.




Repetimos este tipo de tipología de decisiones ilógicas una y otra vez, sin darnos cuenta y de manera bastante predecible. La clave es identificar estas lagunas de nuestro cerebro e intentar corregirlas.



Porque cuando la incertidumbre y la falta de control nos inquietan, inconscientemente, buscamos restablecer cierto orden a nuestro alrededor, estando más predispuestos a relacionar hechos inconexos (imaginar conspiraciones, incluso mecanismos misteriosos actuando en secreto).



Así que aumentan las conductas supersticiosas y los engaños. Todo para reducir nuestra sensación de incertidumbre, ansiedad y poder volver a un estado predecible sobre el que tengamos cierto dominio.



Pero lo definitivo no es lo que pasa; es lo que nosotros hacemos con lo que nos pasa. Podemos quejarnos y adoptar la actitud caprichosa de no aceptar la realidad, o agradecerla. Aunque el dolor es inevitable, el sufrimiento es optativo.



Los problemas son tentadores porque nos invitan a resolverlos sin dejar que nos preguntemos si existe otra manera de plantear la situación. No nos replanteamos las reglas, sino que, simplemente, intentamos jugar lo mejor posible dentro de las reglas establecidas.



Frente a un problema no sólo podemos resolverlo, también podemos disolverlo. Porque podemos replantearlos. Somos nosotros los que llamamos problema a una situación que no esperábamos encontrar.



No hay momento malo para hacer algo bueno. Si tienes una intuición clara sobre un campo que dominas ¡síguela!; si no tienes mucha experiencia en el campo de esa decisión, dale más vueltas y no te precipites.



Porque cuantos más esfuerzos (tiempo, coste, etc.) inviertas en una decisión, más exigente te volverás con ella, y más arrepentimiento si no cumple tus expectativas. La insatisfacción permanente es otra trampa, costará disfrutar de los logros, y rápido comienza a pensar en otros retos (ir más allá).



Ya que pasarse de exigente genera infelicidad; tener muchas opciones puede ser peor que disponer de pocas. Ser “maximizador” (necesita conocer el máximo de alternativas para elegir la mejor posible), no sólo sentirse satisfecho, no es algo negativo mientras sepamos controlarlo.



Ahora unos consejos que pueden ser de utilidad:



  • Escoge elegir; cuando la decisión no es crucial limitar nuestras opciones.



  • Fijar un objetivo y una vez alcanzado dejar de pensar en “algo mejor”.



  • Despreocuparte por lo que estás perdiendo.



  • Controla tus expectativas, no las exageres, no des alternativas sino estás seguro que son excelentes.



  • “¡Rasca donde no te pique!”, da la oportunidad a temáticas que, hasta el momento, te han pasadodesapercibidas, que no te atraen, no deseado porque no forme parte de intereses predeterminados; para descubrir sorpresas y abrir la mente a inquietudes. Es más fácil de llevar a cabo cuando te encuentras fuera de tu entorno y rutina.



La excelencia te da independencia. La gran trampa de la vida es quedarse chiquitito por haberse cruzado con gente chiquitita. El secreto está en maravillar a todos los que te rodean dando lo mejor y practicando, y así en ser tu mejor versión.



Pues cuando invertimos el esfuerzo en ser alguien capaz de lograr ese resultado, más allá de que ganemos o perdamos el partido actual, siempre ganaremos algún tipo de experiencia que nos dejará mejor capacitados para el futuro que soñamos. Puede ser inteligente si nos estamos poniendo metas en campos en los que nos gustaría crecer y desarrollarnos.



Ya que si estoy tan enamorado de mi punto de vista que no me permito ver otra cosa, debería decir que hay un punto de vista que me tiene a mí. Los puntos de vista pueden ser capaces de hipnotizarte, que confundas ilusionismo con la verdad.


Tomar conciencia es tomar la distancia necesaria para ver con nitidez qué estoy pensando y así poder elegir mis mejores pensamientos, en lugar de ser pensado por cualquiera de ellos.



Y ser feliz es una actitud, una decisión. Pues mientras sólo veas problemas en una situación, es posible que te encuentres ¡defendiéndote de las oportunidades!

El que no arriesga no vive.



Seguiré con este tema próximamente, en próximos post.

Comments


Posts destacados
Posts recientes
Buscar por Tags
Sigueme
  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • Google Classic
Sigueme
  • Blogger Classic
  • Google Classic
  • YouTube Classic

© 2013 Juan A. González

Desarrollado por: D¡ME

bottom of page