Ho´oponopono
- mentestudiosa
- 6 nov 2014
- 3 Min. de lectura
Es una técnica milenaria usada antiguamente en Hawai para la sanación y resolución de problemas entre personas. Se reunían los implicados, se escuchaban todos los puntos de vista, hasta que se llegaba a un acuerdo por parte de todos; corregir un error, para lograr un equilibrio o para hacerlo mejor.
Voy a trasladaros, resumidas, las principales ideas, aprovecharlas depende de tí.
Esta técnica está compuesta por: 4 mundos o niveles, 10 elementos del sistema humano y 7 principios de la filosofía Huna.
Los 4 mundos o niveles son:
Primer nivel de experiencia o mundo ordinario, mundo real o físico, percibimos las cosas por separado.
Segundo nivel de experiencia o psíquico, todos unidos por energía, formados mediante pensamientos o intenciones.
Tercer nivel de experiencia o de los sueños.
Cuarto nivel de experiencia o existencial, todo es uno. No es empatía, es ser parte del otro.
Los 10 elementos en el sistema humano:
El cuerpo físico. Tal y como lo conocemos.
Los tres espíritus o yoes: el Yo básico o subconsciente de la psicología tradicional, el Yo medio o mente consciente, el Yo superior o mente superconsciente. Y los tres cuerpos etéricos: Cuerpo del Yo básico, molde del cuerpo físico, puede modificarse; Cuerpo del Yo medio, molde del Yo medio, menos denso que el básico; y Cuerpo del Yo superior, fuera del Yo superior, más sutil.
Los tres niveles de energía o fuerza vital (maná): Maná del Yo básico; obtenido mediante los alimentos y la respiración. Maná del Yo medio; se transforma el maná del Yo básico en voluntad. Maná del Yo superior; se transforma en una energía capaz de desintegrar la materia, y así construir la realidad futura.
Pero vamos a centrarnos en los 7 principios. Están relacionados entre sí; quizás lo más difícil sea conseguir el hábito de utilizarlos sistemáticamente.
El mundo es lo que uno imagina que es. No son los hechos los que determinan nuestra realidad, sino la forma en que los interpretamos. Nuestra vida mejorará cuanto más firmes y positivos sean nuestros pensamientos.
No existen límites. Todo está conectado, somos parte de un Universo infinito. Todo es posible, sólo hay que descubrir la manera de hacerlo y creer en ello.
Allí donde enfocas la atención es donde va la energía. En lo que más piensas es lo que atraes en la vida; cuanto más piensas en una cosa más poder le das.
“Aquí y ahora” es el momento de poder. El pasado ya no está y el futuro es incierto; por ello, el presente es lo que realmente tenemos. Cualquier momento es una oportunidad para cambiar.
Amar es estar feliz con lo que se tiene. Cuando se vibra con la energía del amor (no sentimiento, sino energía de frecuencia elevada) es cuando te sientes unido a alguien o a algo. Para incrementar esta energía por medio: del agradecimiento, la valoración y el reconocimiento. Es una energía de unión. Enfocarse en lo bueno es alejar lo negativo de nuestra vida.
Todo el poder viene de nuestro interior; que tengamos más o menos poder está determinado por la capacidad de conectarnos con fuentes de energía de nuestra vida.
No existe una verdad absoluta. Mirando lo que nos da resultados en nuestra vida, sabemos lo que es válido o verdadero para nosotros. De nosotros depende elegir la manera (entre varias) de obtener lo deseado.
No hay culpables, cada uno es único responsable de cómo vaya su vida. Responsabilidad indica, simplemente, que te haces cargo de una situación, e intentas hacer lo mejor para solucionarla.
Lo que sí es necesario es darse cuenta que hay un problema, o situación que no nos gusta, aceptar que somos responsables de ello; y estar dispuestos a dejar de lamentarnos, y actuar.
Aprendamos a disfrutar de las peores cosas. Esto facilitará la resolución para resolver el problema, pero de la mejor manera para todos los implicados, no cómo nosotros queremos; por ello, no hay que visualizar un resultado.
Si deseas mejorar tu vida, debes sanarla, buscando dentro de ti.
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