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Retener o soltar

  • Foto del escritor: mentestudiosa
    mentestudiosa
  • 25 may 2015
  • 2 Min. de lectura

Imagen de retener o soltar.jpg

Pudiera resultar algo sexista, pero simplificando mucho, retener (insistir, necesidad de chequear los sentimientos de otros, guardar, preguntar, llamar) se asocia con lo femenino. Implica que cuesta más procesar lo conflictos, pasar a otra etapa; aparenta lo femenino tener más memoria para sus procesos afectivos, tiene predominio sentirse necesitada. Supone no dejar de hacer, independientemente del agobio que ello produce.


Mientras que soltar (liberación, capacidad de desprenderse, olvidar conflictos, avanzar) se asocia con lo masculino. Conlleva mayor rapidez en restablecer relaciones afectivas, una necesidad de admiración.


A continuación unas diferencias generales.


Lo masculino separa, ordena; esto da mayor capacidad de concentración y de rapidez en los procesos ejecutivos. Lo femenino reúne, junta.


Los hombres son monofocales, tienen por ello la capacidad de concentrarse con mayor facilidad en una sola cosa. En cambio, las mujeres tienen capacidad multifocal, lo que les dificulta soltar alguna actividad por la complejidad de discriminar, imposibilitándole desconcentrarse de estímulos para conseguir relajarse.


Un hombre no va a resolver algo que ya está, supuestamente, resuelto o que otra persona está haciendo. Si la mujer no suelta, difícil será que el hombre retenga.


En la mujer hay un pensamiento mágico y el pensamiento real, que configuran su estructura psicológica. El pensamiento mágico (relacionado a los deseos y las expectativas, no a la intuición) funciona como un sinnúmero de expectativas de cómo deben ser las cosas.


En tanto que en mi vida real no se van cumpliendo mis pensamientos mágicos, surgen las discrepancias y la ansiedad. Unos pensamientos mágicos muy difíciles de satisfacer, de producir la sensación de plenitud.


En el hombre esa estructura de pensamiento está determinada por lo real y lo concreto.


El gran aprendizaje es, a la vez, integrar retener y soltar, desarrollar su otro “lado” de género; que gobiernen nuestra existencia dos principios: el femenino y el masculino. Ya que para las mujeres es difícil soltar y para los hombres complicado retener. Todos/as tenemos características femeninas y masculinas, más desarrolladas unas que otras.


Lo primero que deberíamos hacer es plantearnos qué es todo aquello que retenemos para nuestro bien, y qué retenemos pero nos hace daño. Identificar y anotar, para soltar, qué no nos gustaría hacer y que nos hace mal. Ver qué pensamientos mágicos (expectativas nunca satisfechas) hay que intentar superar.


Soltar (lo que nos hace poco libres y nos hace daño) y cuidar lo importante (los afectos), parece ser la clave para ver posibles caminos para disfrutar, más y mejor, el desafío de vivir.


Hemos de aprender a hacernos felices mutuamente, a través de la valoración de nuestras diferencias, sin creer que necesariamente han de satisfacerse todos nuestros pensamientos mágicos.

Ayuda a que seamos menos felices el no saber,

ni comprender, cómo funcionamos las personas,

o esperar que sucedan las cosas que al final no suceden.

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