¡Paso, paso, paso!...¡¡¡NO PASES!!!

Quizás debido al gran volumen de información y noticias que nos llegan por todos los medios, no podamos responder, al menos adecuadamente… eso si estamos interesados en lo que sucede a nuestro alrededor.

Guerras declaradas, movimientos secesionistas (guerra civil), terrorismo (también, de Estado), luchas diversas, problemas de medio ambiente y energéticos, movimientos sociales, etc. Hay de todo. La información, los datos brutos, fluyen de una manera continua, sin apenas tiempo para asimilarlos.

Pero, también, hay un deseo inconsciente de no ver, un terror implícito a lo que se podría ver.

Esa necesidad somática de no someter al cuerpo a más estrés del que puede soportar, confrontada a una mente consciente que comprende la realidad que le rodea, lleva frecuentemente a producir un estado conocido como disonancia cognitiva.

Porque una persona bloqueada emocionalmente está anulada intelectualmente, se produce en ella un “secuestro cerebral”. En ese momento, la forma más efectiva de alterar la percepción de lo que vemos es crear ciertas emociones; se crea un “filtro”; para dejar, o no, pasar la información que nos llega del entorno.

Y no nos damos cuenta de la vorágine en la que nos sentimos inmersos (de información, de sucesos, de foros…) hasta que hacemos caso a la recomendación de parar y reflexionar, aunque sea un momento. Es entonces cuando percibes el estrés, tu impotencia para mantener el ritmo y asumes que debes de bajar el ritmo, tomarte las cosas con más calma.

Pues, a medida que estamos más informados, y mostramos una actitud objetiva e incluso crítica-reflexiva, somos más capaces de descubrir los engaños. Y se puede extender, con más o menos dificultad, a los aspectos que nos rodean: política, trabajo, familia, etc.

El conocimiento no es algo que llegue a nosotros de un modo natural. Tenemos que practicar.

Permite que algunos valores de la ciencia se integren en tus hábitos de pensamiento, y te ayuden a reflexionar desde una perspectiva científica. No perdamos más tiempo alejados de la explosión de conocimiento que tenemos frente a nosotros.

Por ello, hemos de realizar un esfuerzo para tener acceso a esa clase de conocimiento.

Pues cuanto más extensos sean nuestros conocimientos,

más aptos seremos para afrontar el mundo.