¡¿Qué vemos?! 3ª parte La atención
- mentestudiosa
- 5 abr 2016
- 2 Min. de lectura

Para finalizar con el libro de Stephen L. Mackink y Susana Martínez Conde, “LOS ENGAÑOS DE LA MENTE”, me centraré en la atención.
La atención se produce como resultado de la activación de las neuronas inhibidoras, que a su vez suprimen las neuronas de las regiones visuales periféricas, que pueden causar una distracción; hasta aquí la explicación científica.
Esto significa que en el momento y en el lugar en que centramos la atención en algo, estamos suprimiendo las distracciones potenciales que hay alrededor. En consecuencia, cuanto más nos concentramos, mayor es la activación central de la atención y mayor es también la supresión de la periferia.
Y se ha demostrado, reiteradamente, que los adultos son mejores en no prestar atención, en eliminar todo lo demás y restringir su consciencia a un solo foco de atención. Pero los niños, por su parte, son mucho mejores recogiendo toda la información superflua de lo que está ocurriendo. Y es normal que así sea; como no saben cómo funciona el mundo, por eso intentan asimilarlo todo.
Podemos establecer, coloquialmente, dos tipos de atención. Está la atención “abierta”, que se da cuando dirigimos deliberadamente nuestros ojos hacia un objeto, y fijamos nuestra atención en él. Y la atención “encubierta”, es el acto mediante el cual miramos una cosa y fijamos la atención en otra; no percibimos el objeto que está a la vista, porque la atención está centrada en otra parte.
Enlazando con los aspectos técnicos del inicio del artículo, decir que nuestra atención focalizada asegura una ejecución óptima de una tarea dada, pero nos impide ver otros datos. El cerebro suprime los elementos distractores con más intensidad en el transcurso de una tarea difícil, que durante una tarea fácil.
Ocurre que si las condiciones permanecen estáticas las neuronas se adaptan reduciendo su nivel de disparo, ignorando, con el fin de ahorrar energía. Por ello, de vez en cuando, hay que dejar de estar concentrados para mirar alrededor y no perdernos detalles importantes; es un evidente consejo.
Sin olvidar la ceguera por desatención o la ceguera al cambio. Pues, teniendo en cuenta cómo funciona el sistema visual, no advertiremos los cambios radicales de una escena visual si se producen en el transcurso de una breve interrupción. Los cambios lentos o graduales son asimismo difíciles de ver, sobre todo si no estamos centrando nuestra atención en el objeto que cambia.
Unas pocas curiosidades más:
Nuestro sistema visual manipula los datos visuales a través de dos procesos conocidos como “constancia de brillo” y “constancia de color”, de manera que, por mucho que varíen las condiciones de iluminación, la página nos sigue pareciendo la misma. En realidad, el aspecto físico cambia en cada entorno, aunque lo veamos igual.
La posición final de un objeto en movimiento que de repente desaparece se percibe más allá en su trayectoria con respecto a la posición final real.
El ojo se siente más atraído por las líneas curvas, que por las rectas. Y no hay nada sexual/erótico en ello…digo yo.
Ante esta fragmentación en la atención, el cerebro construye la sensación
de percepción global uniendo múltiples percepciones locales.
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