10º Aniversario del accidente en la estación de “Puerta del Ángel” del Metro de Madrid.

Buenos días, como todos los años, querida Marga, Santiago, familiares, amigos y amigas de Juanjo y de Miguel Ángel.

Estamos en un nuevo 10 de abril, celebrando este 10º acto homenaje, de recuerdo y memoria por nuestros compañeros Juan José Cañedo Guijarro y Miguel Ángel Muñoz.

Estos últimos meses han sido de frecuente comunicación con la Asociación de Víctimas del Metro de Valencia, con su Presidenta. Por fin, se ha abierto, por el Gobierno de esa Comunidad, una nueva Comisión de Investigación Parlamentaria del accidente (que conllevó la muerte de 43 personas y otras 47 heridas); el 15 de enero se iniciaron las comparecencias en la Comisión.

Están saliendo a la luz los escándalos de la anterior comisión de investigación, que se abrió y cerró en unos escasos días, momentos después al terrible suceso. Se destapan las presiones a muchos de los comparecientes, la manipulación de las pruebas y sustracción incluso (como el Libro de Averías del tren), las coacciones… la trama política del Partido Popular Valenciano.

Hay trabas administrativas (para elaborar informes técnicos independientes), cierto es que la jueza que lleva el caso se ha negado a la realización de algunas pruebas periciales solicitadas por la Asociación; pero hay avances, aunque lentos.

Estamos al tanto de lo que sucede, confiamos como los familiares de las víctimas que se depuren responsabilidades. Lo deseamos.

En otro orden de cosas, más cercanas, quiero comentaros que hace unas semanas me he detenido a estudiar en profundidad, la Normativa de Seguridad en relación a la circulación, en concreto las de los años 1997, 2008 y 2013. Y, con la perspectiva que nos da el paso del tiempo, el cambio normativo ha sido importantísimo, en especial el salto cualitativo desde 1997 a 2008. Y todos sabemos que no ha sido por casualidad, sino por fatalidad.

Nada no satisface, ni se nos puede antojar suficiente. Porque sabemos que, a veces, se dan un cúmulo de circunstancias que unidas generan situaciones de grave riesgo. No ocultamos nuestra preocupación por la relajación con que, incluso los mismos trabajadores, se afrontan determinadas tareas; una mezcla de desconocimiento, de abstracción con los medios tecnológicos y de despreocupación. De sentirse “sobraos”, que nada les puede pasar. Pero lo que, todos, debemos hacer es poner intensidad e interés en lo que realizamos.

Hace un tiempo os informábamos que habíamos propuesto a “Andén Central” (de la web de Metro de Madrid) que diese publicidad al libro “Morir trabajando”. Han sido meses de dilatorias palabras, sin compromiso firme; el pasado 6 de abril hablé personalmente con la responsable y me dijo que, tras valorarlo, habían decido no sacarlo en Andén Central.

Era algo que intuíamos que podría suceder, lo que demuestra que aún no han asimilado lo ocurrido, que carecen de la sensibilidad para hacerlo y de gallardía para abordarlo. Es una vergüenza que adopten una postura tan mezquina tras tanto tiempo y dolor.

Quizás en otro momento me hubiese enojado mucho por esta actitud; he optado por calmarme, por hacerles ver sencillamente que no me parece bien. Después de estos años no les convenceré enfadándome con ellos, porque se arrogarían el papel de víctimas de mi comportamiento “agresivo” y les daría una coartada a su pasividad. Y no tendrán esa oportunidad.

Me alegro que seáis los familiares un ejemplo de lucha por la superación, de un hecho tan doloroso. Ser feliz es sufrir menos.

Porque si no fuésemos capaces de transformar el dolor que hay dentro de nosotros, no podríamos ser felices.

Un fuerte y cariñoso abrazo. Que deseo que os ayude a sanar heridas.