Dejar de quejarse por todo

Quizás deberíamos aprender, y practicar frecuentemente, a evaluar todo lo que nos sucede (o nos podría suceder) con otros criterios, de forma que prácticamente nada vuelva a parecernos terrible.

Transformando las creencias irracionales (ejemplos: debo hacer las cosas siempre bien, la gente me debe tratar bien, el mundo debe funcionar de forma correcta) en racionales, empleando un razonamiento para convencerse que no hay nada que temer.

Ya que existen muchos argumentos que nos pueden llevar al convencimiento que todas las adversidades son soportables. Porque cuando desarrollamos un temor, sucede que le estamos dando demasiada importancia a algo que no la tiene. Erróneamente convertimos un placer en una tensión, un entretenimiento en una obligación total, un juego en un examen continuo.

Como muestra, se nos ha hecho creer que la comodidad es la madre de la felicidad. Pero, somos libres en la medida que no necesitamos tanto confort. El secreto para dejar de ser un “cascarrabias” que se molesta por todo, es darle menos importancia a la comodidad, incluso huir de ella.

El placer de la incomodidad es una sensación de libertad, de bienestar austero, de simplificación voluntaria de la vida que nos hace sentir fuertes.

Y se trata de argumentar hasta deshacer la angustia; con lo cual experimentaremos alivio y armonía.

Podemos hacerlo con la “visualización”; así facilitamos el aprendizaje de argumentos racionales y constructivos. A la vez que provocamos una reacción emocional, que nos ayuda a convencernos, a solidificar las nuevas creencias que debemos instaurar en nuestra mente.

Por ejemplo, la visualización de la vida plena es antiqueja por excelencia, porque es incompatible con la protesta y el victimismo. Tiene unas características básicas:

• Está centrada en el presente y en un futuro siempre cercano.

• Se concentra en que disfrutaremos más de todo, poniendo más pasión.

• Nos basamos en la evidencia que en otros momentos lo hemos logrado.

• Nos apoyamos en la idea que tenemos una gran capacidad de hacer interesante cada actividad de nuestra vida.

¿Cómo hacerla?, en varias etapas:

1. Conectar con los buenos tiempos. Sintonizando con un estado mental positivo; en definitiva, se trata de sentirse bien. Cuando lo consigamos pasamos a la siguiente fase.

2. Armonía con el entorno actual. Basta con situarnos frente a nuestra vida con ánimo de disfrutar, porque amamos lo que nos rodea y lo sabemos apreciar.

3. Sentirse genial en cada situación. Haciendo bien lo que haces, poniéndole atención, amor y la pasión necesaria para disfrutar de la vida.

4. Sentirse fenomenal con la familia y amigos cercanos, pues estas relaciones son una parte importante en nuestra vida.

5. Disfrutar de tu vida, sentirte bien contigo mismo.

Si las visualizaciones son placenteras; es señal que las estamos haciendo bien.

La clave está en reevaluar todo lo que nos sucede,

en dejar de compadecerse