Pasan los años y la historia se difumina en el tiempo

Ocurre, creo que a menudo, cuando el tema se alarga en su resolución; pues vamos perdiendo memoria de algunos de sus acontecimientos y deja de tener la importancia original que tuvo.

Sucede con la guerra de Irak. Su inicio con la participación española por decisión del gobierno de Jose Mª Aznar. Sus mentiras, sus fatales consecuencias.

Voy a exponer otro ejemplo. El accidente del 3 de julio de 2006, en el Metro de Valencia, donde fallecieron cuarenta y tres personas y otras cuarenta y siete sufrieron heridas.

Era un momento de imperio del Partido Popular, aún más intensos los fastos en esa Comunidad, de visita del Papa a la ciudad de Valencia cinco días después, de derroche de dinero público, de corrupción generalizada.

Se abrió, urgente, una comisión de investigación en ese parlamento autonómico; se cerró en pocos días con unas conclusiones “cocinadas” para exculpar a las autoridades. La instrucción judicial muy acorde, veloz, cerró el caso culpabilizando únicamente al maquinista fallecido. Manipulación y censura informativa.

En estos diez años, los familiares de las víctimas y los heridos, han sufrido el abandono de la Justicia y de las instituciones de su Comunidad. Aún así no cesaron en mantener viva la historia, con ciento cinco concentraciones públicas, el día tres de cada mes; lucharon en los tribunales y consiguieron, en 2015, que la Audiencia Provincial de Valencia reabriera la instrucción judicial; llevaron a la Comisión Europea su situación de indefensión; y muchas acciones más.

Y, tras el cambio de gobierno en esa Comunidad, el pasado año se les empezó a escuchar en las Instituciones. Se creó una nueva Comisión de Investigación en las Cortes Valencianas, que tras una amplia investigación ha concluido (por supuesto, con la oposición del Partido Popular; ahora en minoría) que “el accidente era evitable, que se manipuló la verdad, que se silenció a las víctimas, que hay trece responsables de lo sucedido”. Difícil lo tiene la jueza para cerrar, por tercera vez, la instrucción sin que se llegue a abrir juicio contra algunos responsables.

Los familiares y las víctimas han encontrado, por fin, el merecido apoyo y el reconocimiento que necesitaban. Se ha esclarecido lo acontecido, se ha desenmascarado la trama de mentiras, se han señalado responsables, se van a implantar medidas para evitar que se repitan tragedias como ésta; se ha recuperado la memoria.

Aún falta la conclusión judicial y la resolución de Europa.

Pero, lo importante se ha conseguido: respeto.