Negociar, conversar ¿para qué?
- mentestudiosa
- 26 oct 2016
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Cuando, entre varios, se desarrolla una negociación o unas conversaciones con vistas a un acercamiento de posiciones o, incluso, de alcanzar un acuerdo, las partes suelen experimentar una transformación en sus planteamientos.
A veces, para alguno de los intervinientes, ese cambio responde a una estrategia. Mientras que en otros participantes su postura es fruto más de la reacción que de la planificación, bien porque sea deficiente su perspectiva de la situación o porque, sencillamente, se carezca de claros objetivos y fines que alcanzar.
En un enfrentamiento competitivo, si el que tiene una definida táctica observa, y percibe, la actitud y aptitud de los demás puede conseguir no sólo sus aspiraciones, sino que otros crean que no las ha conseguido. Pudiéndose dar el caso que estos últimos entiendan que, también, ellos han alcanzado sus metas; aunque no sea totalmente cierto.
Es complicado pero se puede conseguir. ¿Cómo? El más inteligente ha de comportarse sabiendo qué reacciones son previsibles y comprender cuáles son los límites que no es recomendable sobrepasar.
Me estoy refiriendo a conciertos que implican una lucha de intereses, que mayormente suponen un reparto y/o intercambio entre ambas partes.
Es difícil sustraerse a la tensión de estas interrelaciones. Pero la información, la atención y la reflexión son algunas de las claves para comprender mejor la evolución del pacto.
Quien no sabe de este desarrollo, o se cree erróneamente superior, puede considerarse satisfecho o engañado La verdad, para todos ellos, es que han sido débiles.
Cómo enfocas y abordas un diálogo, lo determinará.
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