Decepción
- mentestudiosa
- 1 oct 2017
- 1 Min. de lectura

En momentos difíciles es cuando se hace más necesario pensar y reflexionar, objetiva, realista y sosegadamente. Y no siempre lo conseguimos, para nuestro pesar.
Cuando nos enfrentamos, es decir, pasamos la etapa de debatir con razones, suele suceder que se:
Tiende a olvidar el origen del problema, o se confunde sobre el mismo. Haciendo creer que es más sencillo de lo que es en realidad. Explotando y/o creando un victimismo.
Realizan y justifican acciones equivocadas, desproporcionadas, injustas, que nunca se admitirían en condiciones normales.
Y se utiliza su ejecución generalizada como atenuante, incluso eximente, de la propia culpabilidad y responsabilidad. Preocupante es que, a continuación, se olvide la percepción inicial de las posiciones personales, que nos transformemos por ocultar nuestras contradicciones.
Ello nos llevará, sin remedio, a encerrarnos en un planteamiento inflexible. A una postura única, excluyente, que niega las demás, que hace del entendimiento una vía casi imposible.
Si somos humildes, si recapacitamos, si tratamos de entender a los demás posiblemente nos demos cuenta de qué podemos cambiar, incluido en nosotros.
Si no lo conseguimos seguiremos a merced de quienes, interesadamente, manipulan nuestras percepciones, para conseguir sus objetivos.
Comments