A veces no “sé” cómo están las cosas
- mentestudiosa
- 31 may 2018
- 1 Min. de lectura

Hay asuntos que se vuelven tan enrevesados con el paso del tiempo, que es difícil (casi imposible) tener una conciencia clara de cómo se encuentra.
Eso, a mí, por ejemplo me ocurre con el llamado “desafío independentista catalán”.
Han cambiado tanto los protagonistas, sus papeles, los escenarios, sus motivaciones, sus fines, sus posturas…que, cada vez, me resultan más rocambolescos y teatrales los acontecimientos.
Y, como consecuencia, me es aburrido y poco interesante de comprender a fondo el tema.
Creo que las posiciones quedan fijadas (prácticamente permanentes e inamovibles) cuando empieza esta “ceremonia de la confusión”, y uno (yo, finalmente) simplifica.
Calificas a los personajes y les asignas “un lado de la orilla”. Así no te estresas cuando se producen otras circunstancias semejantes.
No, no es quizás la mejor opción. Pero es la natural que utiliza el cerebro (al menos, el mío) para no tensionarse frecuentemente. Para poder seguir atendiendo, y apreciando, otros (de la multitud) hechos cotidianos que le resultan relevantes.
Y quienes están más involucrados…pues, creo, que algo similar. Se alinean con un bando y cualquier nuevo suceso sólo le reafirma en su posición. Difícilmente lo cuestionarán mientras el problema esté polarizado. Cada cual defiende a su equipo, algunos de forma vehemente.
Así, la situación se enquista sin viso alguno de solución a corto o medio plazo.
El transcurrir de los días no parece que resulte ser la manera de resolver. Y la solución negociada resulta compleja, porque ninguno quiere aceptar postulados del “contrario”.
Incertidumbre y miedo al futuro son el resultado.
Sería preciso ser más práctico, menos doctrinal,
algo más pragmático con la realidad.
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