Despacio a veces
- mentestudiosa
- 2 ene 2020
- 2 Min. de lectura

Lo escuchamos, lo vemos, lo leemos, frecuentemente: vamos aceleradamente en el día a día.
Asumimos y nos adaptamos a este frenesí. Porque nos contagiamos del ambiente general, porque pensamos que es preciso para realizar las tareas, por muchas razones.
Y vamos atropelladamente contestando whatsapps, emails, llamadas, tropezándonos, haciendo tareas, estresándonos…en un círculo vicioso.
Pero, cuando acaba el día, tenemos la sensación (generalmente acertada) de no haber realizado algo importante, que nos falta (otra vez más) tiempo.
No se trata de dar lecciones de autorganización o de productividad. No. Te comento algo que ya sabes y que solemos olvidar: no es posible hacer todo (y, aún menos, bien) si nos saturamos de actividades. Sí, es evidente, no estoy descubriendo nada excepcional.
La pregunta que habría de hacerse, cuando se tuviese esa sensación de desazón es ¿por qué no hacer algo al respecto?
Como, por ejemplo, “bajar el ritmo”. O evitar realizar varias tareas (de cierta relevancia) a la vez; porque, aunque creamos que somos capaces de hacerlas adecuadamente, no es cierto, pues no tenemos esa facultad…reconozcámoslo.
Si tenemos en cuenta estos “principios” básicos, acabaremos admitiendo que hemos de asumir menos quehaceres.
Nos resultará, al principio, algo angustiante, ya que comparamos continuamente con el pasado reciente más activo
Puede que hacer “menos” que antes nos parezca poco. Pues una manera de mitigar esa peculiar apreciación, es dedicar más atención a lo que hacemos, a quienes están a nuestro alrededor. La probabilidad que se haga mejor nos dará una satisfacción que reduzca la sensación subjetiva de vagancia.
Claro que habremos de priorizar acciones, seleccionando las importantes entre el torrente cotidiano de tareas en espera. ¿Parece fácil?, no lo es. Con el paso del tiempo, dado que no se colapsará el mundo porque bajemos nuestra “velocidad”, sabremos ya que muchas de las cosas que anteriormente nos acuciaban, no eran imprescindibles… y nos supondrá un alivio a esas inquietudes con las que nos atormentábamos.
El cuerpo te lo agradecerá; pero de ello hablaremos otro día.
Comments